VIAJES
Muchos dicen que se viaja para encontrarse a una mismo. Yo no, yo viajo para encontrar a los demás, para desintoxicar mis ojos de la rutina diaria, para comprobar que somos tan diferentes como iguales, y que, afortunadamente, comparto más cosas con un comerciante chiita en un bazar de Esfahan, tomando tranquilamente un té, que con mi vecino de escalera. Hay gente que vive para viajar, quien viaja para vivir y quienes simplemente viajamos como una necesidad vital, como es respirar. Visitar y vivir distintos países me crea la necesidad de aprehender un pedazo de él, de llevarme conmigo algo que no sólo me acompañe sino que también me ayude a revivir las sensaciones y experiencias que he vivido allí. Y eso a mí me lleva directamente a la fotografía. A, como figura en la firma de mis instantáneas, congelar un momento concreto. Viajar es moverse y moverse es estar vivo. Regresar pensando en el próximo destino, sabiendo que el mejor de los viajes siempre es el próximo y que siempre regresarás siendo diferente a cuando empezaste tu recorrido, quizás porque nunca acabas de completar del todo el camino de vuelta.
Muchos dicen que se viaja para encontrarse a una mismo. Yo no, yo viajo para encontrar a los demás, para desintoxicar mis ojos de la rutina diaria, para comprobar que somos tan diferentes como iguales, y que, afortunadamente, comparto más cosas con un comerciante chiita en un bazar de Esfahan, tomando tranquilamente un té, que con mi vecino de escalera. Hay gente que vive para viajar, quien viaja para vivir y quienes simplemente viajamos como una necesidad vital, como es respirar. Visitar y vivir distintos países me crea la necesidad de aprehender un pedazo de él, de llevarme conmigo algo que no sólo me acompañe sino que también me ayude a revivir las sensaciones y experiencias que he vivido allí. Y eso a mí me lleva directamente a la fotografía. A, como figura en la firma de mis instantáneas, congelar un momento concreto. Viajar es moverse y moverse es estar vivo. Regresar pensando en el próximo destino, sabiendo que el mejor de los viajes siempre es el próximo y que siempre regresarás siendo diferente a cuando empezaste tu recorrido, quizás porque nunca acabas de completar del todo el camino de vuelta.