Hace unos días el ABC publicó un interesante artículo que trataba sobre la demora que estamos viendo, por parte de la totalidad de los grandes festivales de música nacionales que tienen previsto celebrarse este año, en anunciar unas cancelaciones que el público que acudimos habitualmente estamos temiendo van a suceder.
En el artículo (lo podéis leer aquí), varias voces “autorizadas” del negocio, alguna de las cuales no han querido que sus aparezcan sus nombres, manifiestan que el miedo a “asustar” a sus patrocinadores y entidades públicas que les subvencionan, el temor al “fracaso” que supone la anulación por segundo año consecutivo y, por qué no, las ganas/necesidad de un gran sector en volver a trabajar (y por tanto generar nuevos ingresos), está propiciando este absurdo retraso en unos anuncios que, aunque ya hayamos inaugurado el mes de febrero, no deberían tardar muchas más semanas en producirse.
Parece muy complicado que, de llegar a celebrarse, los festivales lo hicieran con los aforos de 2019, dado el ritmo de vacunación y el sector de población (en franja de edad) que puede estar vacunado este verano. Esto provoca que los altos cachés de las grandes bandas (partiendo de la base de que pudieran viajar, incluso desde USA, algo muy complicado a día de hoy), no sean viables con aforos más pequeños. Además hay que añadir que las pocas cancelaciones a nivel europeo que ya se han producido (Glastonbury, que alberga a más de 200.000 espectadores, ha sido la más sonada), crean un efecto dominó en las giras, ya que, sin las fechas principales, el resto del tour europeo deja de ser rentable, lo que provoca la suspensión de la totalidad de la gira.
¿Qué sucederá entonces? ¿Se reprogramarán a fechas más tardías como finales de verano u otoño con el hándicap meteorológico? ¿Se adaptarán a formatos y carteles menguados, y por tanto menos atractivos? ¿se exigirá el carnet de vacunación o un test de antígenos para poder acceder a los mismos?.
Mientras nadie se atreve a hablar de este tema, los asiduos a los festivales continuamos con los abonos del año pasado en el cajón. Algunos de ellos, quizás, tengan que esperar su turno para 2022.
Ni festivales masivos ni bolos en pequeñas salas como los teníamos concebidos…veremos para el 2022. Todo depende de la vacuna y de nosotros a la hora de respetar las medidas…pero visto lo visto creo más en la vacuna que el respeto de las medidas…saludos!!
No somos tan pesimistas. 2021 es muy largo y estamos empezando. Esperemos que salas y festivales de pequeño formato sí que puedan hacerse. Otra cosa es meter a 60.000 personas en un recinto. Eso es mucho más difícil.
Esperemos que llegue pronto la solución al virus pero ya no es solo el virus, si sigue alargandose el tema habrá mucha gente que no podrá costearse un festival, un viaje y mucho menos un fin de semana fuera. Pero bueno, vamos a pensar en positivo